La ortodoncia es una especialidad odontológica que estudia, previene y corrige las alteraciones del desarrollo, las formas de las arcadas dentarias y la posición de los maxilares, con el fin de restablecer el equilibrio morfológico y funcional de la boca y de la cara, mejorando también la estética facial.
El objetivo de la ortodoncia es la movilidad de los dientes buscando su normalización oclusal (la superficie de masticación), o el desplazamiento de todo el conjunto dentario (arco dentario), sobre todo, para corregir trastornos funcionales de la masticación. La oclusión se basa en las relaciones de contacto que existen entre los dientes de las distintas arcadas (es decir, entre los dientes superiores y los inferiores).
El tratamiento correctivo está dirigido principalmente a corregir una maloclusión consolidada. Para este tipo de tratamiento se utilizan principalmente tres tipos de aparatos:
a) Aparatos funcionales
Cuando hablamos de aparato funcional nos referimos a una variedad de aparatos removibles diseñados para alterar la posición de los distintos grupos de músculos que influyen sobre la función y la posición de la mandíbula para aumentar su longitud. Por lo general, se recomiendan durante la dentición temporal o la mixta. Son aparatos que en un principio sólo realizan modificaciones funcionales, pero que luego dan lugar a cambios estructurales. Los aparatos funcionales cambian y transforman la dirección e intensidad de las fuerzas musculares y producen desplazamientos dentarios. Los efectos de estos aparatos son la inclinación de los dientes y los cambios en el hueso que soporta los dientes.
b) Aparatos removibles
Son los aparatos que el paciente se puede quitar para limpiarlos, pero cuando se los coloca van firmemente sujetos a los dientes. Estos aparatos aplican presiones controladas sobre los dientes que se desean desplazar mediante la acción de elementos mecánicos activos, como resortes, arcos, tornillos, etc. Estas fuerzas son, en su totalidad, artificiales o mecánicas, y actúan directamente desplazando los dientes, sin tener nada en común con las fuerzas creadas por la acción de los músculos, que participan en las funciones de masticación, deglución y fonación entre otras.
Los aparatos removibles, comúnmente conocidos como “placas”, son muy útiles para la expansión de los maxilares, sobre todo del superior, en especial para la corrección de “mordidas cruzadas” y apiñamiento leve, cuando esté indicada la expansión, así como para movimientos dentarios muy específicos.
c) Aparatos fijos (brackets)
Es una ortodoncia formada por la combinación de brackets, elementos metálicos o cerámicos pegados a los dientes y de arcos de metal que los atraviesan. Los aparatos fijos tienen capacidad para desplazar de forma individual todos y cada uno de los dientes en cualquier dirección, lo que no sucede con los demás aparatos.
Para conseguir resultados precisos, los aparatos fijos necesitan de una meticulosa técnica mediante la colocación precisa de bandas y brackets cementados sobre todos y cada uno de los dientes, así como de una serie de sofisticados arcos para lograr los desplazamientos necesarios, de acuerdo con el plan de tratamiento elaborado.
Estos aparatos se recomiendan en aquellos casos en los que hay malposición dentaria, dientes rotados, para cerrar espacios, o todo tipo de movimientos a la vez.
Los brackets pueden ser visibles, como los metálicos, o estéticos como los de cerámica que son translúcidos o transparentes y se pegan a la superficie exterior de los dientes tomando su color. Pueden ponerse en la cara externa o interna del diente (ortodoncia lingual).
El tratamiento de ortodoncia con aparatos fijos requiere de una especial atención a la higiene bucal ya es más complicada de realizar (especialmente las zonas interproximales), por lo que las personas que van a iniciar un tratamiento de ortodoncia deben tener un buen estado periodontal y un seguimiento continuo durante todo el tratamiento.
Existe también una técnica más estética y actual de hacer ortodoncia, mediante el uso de alineadores transparentes que se llevan siempre en la boca, apenas se pueden apreciar, permiten una actividad diaria normal y una vida más cómoda, y sobre todo, permiten una más fácil y mejor higiene, pues se retiran de la boca para comer y para cepillarse después.
Este tipo de ortodoncia resulta más costoso, pues hay que fabricar a medida un gran número de férulas sucesivas, pero resulta muy atractivo para el paciente adulto, que debe guardar una apariencia estéticamente más agradable y que pase desapercibida para los demás.
Un tratamiento de ortodoncia tiene 7 fases, una fase 0 en la que se realiza un estudio y otras 6 fases de ortodoncia activa.
Fase cero de la ortodoncia, el estudio de ortodoncia:
Una vez realizada la primera consulta y elegido el tratamiento más adecuado para el paciente, ya sean brackets metálicos u ortodoncia invisible. Lo primero que hay que confeccionar es un estudio de ortodoncia para determinar el diagnóstico preciso y poder elaborar el plan de tratamiento. Para ello el ortodoncista realizará una evaluación del caso: la ortodoncia determina los problemas bucales que puedas tener: mordida, mandibulares, líneas medias…
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Radiografías: de los laterales del cráneo y panorámicas con las que podrá ver si hay infecciones, el estado de las raíces, y ausencia de muelas entre otras cosas.
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Fotografías extraorales e intraorales: para analizar la simetría facial y malposiciones dentarias entre otras cosas.
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Modelos de estudio: con la toma de impresiones con las que se realizará la aparatología.
Una vez hemos colocado la aparatología se empieza a producir el movimiento de los dientes. Esto es lo que se conoce cómo fase activa del proceso de ortodoncia.
La fase activa
1 – Alineamiento y nivelación
El objetivo de esta fase es corregir las discrepancias verticales y el apiñamiento dentario. Para ello se utilizan fuerzas ligeras. Se corrige la mordida cruzada dentaria y se tracciona de dientes que no hayan salido. Esta etapa suele durar de 6 a 8 meses y tras su finalización las arcadas estarán niveladas y los dientes en línea.
2 – Corrección de la mordida y relación molar
En esta fase se corrige la oclusión o mordida y se empiezan a encajar los dientes en su posición correcta en sentido anteroposterior y vertical. A veces es necesario utilizar elásticos (o gomas) como fuerzas externas para ayudarnos a corregir la mordida.
3 – Cierre de espacios
Esta es la siguiente fase en la que se deben cerrar los espacios que hay entre los dientes una vez todo está alineado y colocado.
4 – Acabado y terminación
Al comenzar esta fase los dientes deben estar alineados, los espacios deberán estar cerrados y la mordida debe estar en una relación correcta. En esta fase haremos pequeños ajustes de perfeccionamiento de la posición dentaria:
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Igualar las raíces y comprobar que todas queden paralelas.
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Ajustar pequeñas posiciones dentales individuales (pequeñas giroversiones o rotaciones que puedan quedar)
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Corregir pequeñas discrepancias de línea media para que la línea media superior e inferior coincidan.
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Realizamos el asentamiento final de los dientes.
5 – Retirada de los aparatos
Una vez consideramos que todos los objetivos se han conseguido: los dientes están alineados, no hay espacios entre los dientes, la mordida está corregida y la estética es correcta, quitaremos los aparatos para pasar a la fase de retención.
6 – Etapa de retención
Es una fase muy importante ya que gracias a ella mantendremos los resultados conseguidos ya que los dientes tienen memoria y querrán volver a su posición anterior. Para ello pondremos retenedores fijos arriba y abajo y/o unas férulas transparentes que se utilizarán para dormir.